martes, 3 de julio de 2007
Carne
Sentía que el corazón me estallaría ; respiración agitada y el aire quemaba los pulmones ; la sangre se agolpaba en las venas . Loa árboles se tornaban efímeras sombras ; la mortecina luz de la luna iluminaba precariamente mi senda ; la hojarasca cedía a mis pasos , mientras corría tras de ti . Tan sólo escuchaba mis exhalaciones , pero olía tu miedo . Como un espectro serpenteabas entre la maleza ; parecías un ciervo asustado ; tu temor me alimenta , tan sólo me hace más fuerte , me hace más rápido ; agiliza mis acciones , agudiza mis sentidos cada vez más ; corre ; intenta huir , engáñate ; no podrás escapar a tu destino ; desgañítate ; nadie te escuchará ; mientras más grites , mejor sabré dónde estás , donde te encuentras . Mi paciencia colmaste ; siempre fuiste tú quien con actitudes aprehensivas me trozó . Creíste ser una crisálida ; ahora borraré esa sonrisa de tu rostro ; arrancaré la máscara que tienes por faz . Comencé a reír , y a lo lejos escuché gemidos de temor ; me causaron un placer enfermizo , que agrada el alma , pero que repudia al ser . Se prolonga esta persecución ; y sus últimos momentos he de gozar , pero tarde o temprano habrás de agotar tu energía ; y yo me encuentro movido por una fuerza sobrenatural . Ahora es mi turno . Emancipación al fin ; al fin libre ; gozaba yo de una victoria anticipada ; una venganza muy dulce . Sigue corriendo ; cubierto de sudor , recordaba cada uno de los músculos de mi cuerpo . El consumar este estado , depende del encontrarte ; y lo haré . A esta alma torciste , y de una enferma naturaleza tornaste . Me detuve ; abruptamente , todo a mi alrededor se vio embargado en el silencio . No debes estar muy lejos , todavía percibo tu temor mezclado en el aire que llena mis pulmones . Fijo la mirada , escrutando la oscuridad ; la lengua serpentea sobre los labios . Silencio sepulcral ; por primera vez en esta efímera existencia las deidades estaban a mi lado . Proferí una carcajada que se abrió paso desde las entrañas . Mi alma ; sedienta ; me susurraba hacia donde mirar ; fui un pobre iluso ; uno de tantos . Comencé a caminar lentamente , sabiendo exactamente hacia dónde dirigirme ; disfruté inexpresablemente , cada segundo de mi cacería ; finalmente los papeles se habían invertido . Jugaste con una mente enfermiza , sin considerar realmente a lo que te enfrentabas ; ahora me has despertado ; con tu imprudencia lograste sacar lo peor de mí ; lo que hacía tiempo yacía sepultado ; ahora verás frente a frente este rostro torcido por los sentimientos que suscitaste y maltrataste ; ahora rendirás cuentas conmigo . Y en mis andanzas te hallé ; asustado , paralizado ; acunado contra un árbol con las piernas recogidas . Con ojos vidriosos miraste hacia arriba ; hacia mí ; en tus facciones encontré el gesto de alguien terriblemente confundido . Y comencé a reír de nuevo . Intentaste ponerte de pie ; lentamente ; como si tus extremidades se encontraran atrofiadas ; con cautela ; ¿ quién tiene miedo ahora ? Tomé tu cara entre mis manos ; e inefablemente la aproximé hacia la mía ; pude sentir tu aliento sobre mi piel ; intenté desvelar lo que intentaba esconder tu mirada nublada por el pánico . Y sobre tus labios un suave y efímero beso te obsequié ; el beso de buenas noches . Al ver mi expresión reflejada en la tuya , reí ; y mis manos , lentamente se abrieron paso sobre tu piel , para ir a posarse sobre tu cuello y asirse a tu garganta . Comencé a cerrar los dedos , que asemejaban garras . Tardaste en percatarte de lo que hacía ; pues el miedo había aturdido tus sentidos . Al suelo caímos y sobre ti me abalancé ; a tu cuello me ací como si de ello el sello de mi condena dependiese . Poco pudiste hacer contra la determinación que me embargaba . Pronto tu mirada se perdió , y el último hálito de vida de tu cuerpo escapó . Largo tiempo te vi yacer inerte ; de piel mortecina y labios amoratados te tornaste . Tu mirada pérfida ya no desgarraba mi carne . Te miré , sí . Parecías una criatura dislocada ; refugio de gusanos . Y de golpe ; todo desapareció ; aspiré profundamente y posé una mano sobre tu pecho ; espero que te vayas en paz , pero de mí consta que no has de descansar . De uno de los bolsillos de mi abrigo desenfundé un instrumento de fría y larga hoja ; tenía la forma de la garra de una arpía . Y así laceré tu carne ; el elixir carmesí era espeso , y manó lánguidamente de las heridas . Y comencé con mi ardua tarea ; comencé a engullir tu carne ; de ti me alimenté . De tus entrañas me fortalecí ; y con cada bocado , la carga se tornaba más exquisita , con cada trago de tu sangre , mi corazón palpitaba . Tu cuerpo destacé , y con ello me regocijé . Las sombras me acunaban y el viento nocturno mecía las copas de los árboles , causándome un inusitado sentimiento de paz mientras tu carne tragaba . Ahora tu alma es mía ; de mi posesión ; jamás habrás de ser libre . Ahora los papeles han tomado un irónico vuelco , ahora tú eres el prisionero . Ahora vivirás en estas entrañas , y tu vida fue como sucumbiste . Sentí cómo una estúpida mueca de satisfacción iluminaba mi rostro . Cerré los ojos una vez más ; ahora yaces en estas venas ; ahora palpitas en estas arterias ; transitas por estos intestinos . Ahora puedo mirar atrás sin temor ; porque me veo preso del elixir de la venganza ; porque no volverás a burlarme jamás .
Etiquetas:
asesino,
canibal,
carne,
muerte,
persecucion
Suscribirse a:
Entradas (Atom)