domingo, 31 de agosto de 2008
Retrato
Ese retrato . Cuelga de la pared . Con mirada penetrante que alberga órbitas que pretendieran ser bondadosas . Con párpados desnudos ; no se percibe el color del iris . No hay reflejo de un alma detrás , el óleo es inerte . Clava la mirada de ojos hundidos en las cuencas sobre bolsas ojerosas y una nariz que rompe con toda proporción sobre un rostro de cuadrada mandíbula . Pálidos labios se extienden en una mueca que moldea una sardónica sonrisa . Faz cuya palidez pudiese pertenecer a no más que un tísico maltrecho . Cabellos entrecanos y grises parecen el espejo de los surcos que ha hendido el tiempo sobre la piel , sin piedad alguna . Evocaba recuerdos del padre ; progenitor ajeno a lo que alguna vez dio lugar ; inconsciente del tormento que obsequió . La máscara del padre ; no ; imposible ; los pensamientos que tan crueles memorias suscitaban , traicionaban mi imaginación . Violencia imprudente de la que me vi víctima , durante años a merced del frío ancestral . Se helaba la sangre al contracturarse las arterias . Mis venas se tornaban un manojo de ataduras . Nudos . De la noche proscrito , ahora no era más que mártir en mis recuerdos . Incontables veces me ultrajaste , y otras más me golpeaste hasta la inconsciencia . No ; hacía tiempo ya que hubiese yo dejado todo esto atrás ; han vuelto las voces de mi conciencia para cazarme ; sin mostrar piedad alguna ; pues la compasión es para los débiles ; yo no necesitaba de un sentimiento de tan torcida naturaleza . Habiéndome desdeñado de las febriles visiones que estas voces causan , no había contemplado el mirar atrás . Mucho tiempo ha que has muerto , y estos malditos recuerdos contigo sepultados estaban . Tres metros bajo tierra , aún has de abrirte paso para asirme . Pueril deseo ha de ser ; ya no me hieres ; tú estás muerto , y en una no-muerte me debato y me mofo de ti . Con danzas tribales tu sepulcro honré , y sobre tu epitafio escupí ; ahora me arrancas una sonrisa que ha de asomar una blanca dentadura , idéntica a la tuya . Maldito seas , tú y tu progenie ; mis hermanos nunca lo fueron , siempre les detesté , algo en este inmundo corazón les odiaba . Amabas paternalmente al menor ; y a mí me amabas de otra manera , cada noche . Fui estúpido . Y a lo largo del tiempo , no puedo negar que me gustase que me tomaras ; sin embargo , entre semen y odio crecí y fui criado . Desde pequeño recuerdo haber perdido toda clase de fe . Pues con cada gemido que tú emitías , Dios se tornaba más ajeno ; más lejano . Con cada empellón , los santos reían ; déspotas fueron ante un dolor que no parecieran considerar importante . Mi rencor me coció las entrañas y me endureció el corazón ; si es que acaso todavía poseo uno , pues a veces considero la posibilidad de haberlo perdido ; eso me haría inmune a este tipo de acontecimientos inexplicables , pues este retrato pende de un muro que desconozco . Y aún siendo todo así ; me encuentro incapaz de detener todas estas imágenes que acosan mi pensamiento . Figuras abstractas que circundan este enfermo cerebro . Me duelen las entrañas , y de golpe te siento dentro de mí , entre mis piernas . Un suspiro de horror y placer escapa de mis labios . Tiritando como si fuese presa de una fiebre , cierro los ojos ; escozor . Desconozco el gemido que escapa de mis adentros . Recuerdo ahora , adormecen mi cerebro memorias que lo inundan : no fuiste tú , padre , quien noche tras noche me lastimaba ; eras tú , hermano , quien también viendo al menor de nosotros siendo amado , elegiste amarme a mí ; y ahora me torturas ; fue el nuestro , un frío apasionamiento , pues como a un ave , me volviste prisionero de mí mismo y de lo que en mí evocabas . Aún siento tus manos , inertes . Y podrás irte , pero no me abandonarás ; demasiados años erguidos sobre memorias ; y éstas no me abandonan ; ahora es cuando necesito que me den la espalda , y burlonas se yerguen sobre mi conciencia ; como colosos que amenazan con devolverme a las cenizas de las que provine . Me oprime el pecho y me llevo una mano a donde podría estar el corazón . Se me cerraba la tráquea . Se agolpaban inevitablemente las lágrimas que vanamente intenté enjugar . No fue todo en vano ; yo te amé , hermano demonio , tú que a tu propia carne de las huestes celestiales hiciste caer ; que a tu propio hermano en tu posesión tomaste . Te amé , sí ; fascinado por tu naturaleza , tu oscuridad me deslumbró ; me cegó ; e incontables veces me habrías de corromper ; mientras quieto yacía yo debajo de tu peso , embebido en caricias que sin respeto o consideración alguna me arrebatabas , acunándote entre mis muslos ; y súplicas en vano proferidas , de sordos oídos se vieron víctimas . Los recuerdos de tus gemidos , ya no son aquellos de los de un animal . Del fruto te alimentaste y de él me diste . No te agradezco noches de incertidumbre ; pues hubo de llegar un momento en el que todo infierno hubo de tornarse un placentero tormento . Mis alas quebraste y de ellas me despojaste , con estridentes carcajadas te burlaste de mi vulnerable desnudez . Y me obsequiabas besos teñidos del sabor de la Cicuta ; mientras acariciabas el húmedo sexo que aprisionabas bajo tu peso . Y engullido por las arenas de mi desdén , desapareciste . Me vi presa de la felicidad frente a tan entrañable acontecimiento , ahora me percato de que tan solo con ella la soledad camuflé ; ahora la tristeza en desesperación tornada se vio .
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